Los números de 2015

Los duendes de las estadísticas de WordPress.com prepararon un informe sobre el año 2015 de este blog.

Aquí hay un extracto:

Un teleférico de San Francisco puede contener 60 personas. Este blog fue visto por 2.800 veces en 2015. Si el blog fue un teleférico, se necesitarían alrededor de 47 viajes para llevar tantas personas.

Haz click para ver el reporte completo.

Bye Bye, 2015

205

Esta no es que sea la entrada más original del año, ya sabemos que hoy los blogs y demás redes sociales se llenan de reseñas, valoraciones y demás recordatorios de lo que ha sido este 2015. Pero por primera vez en mi vida siento que para mí, este año, sí que es uno del que debo hacer balance.

Porque ha sido un año muy perro, porque comenzó con la todavía convalecencia de mi madre tras su ingreso de dos meses en el hospital, porque para mí eso significó dar un vuelco a mi vida tras tocar fondo en una depresión que se venía fraguando en el tiempo, porque otro año más hemos sido incapaces de conseguir algo tan ansiado como un hijo, porque económicamente también ha sido un año bastante duro, porque este año no me ha salido ningún proyecto laboral, porque el estrés ha dominado la vida de mi marido sobre todo en estos últimos meses… Sigue leyendo

Abrazos

Mi plan para hoy era escribir sobre mi lista de deseos para el año 2016 que está a punto de llegar, pero todavía me dura la sonrisa de las aventuras del Sábado, así que creo que eso se merece al menos unas líneas.

Un año después de la apoteósica cena/reencuentro del Instituto, seguimos manteniendo las costumbres. Aunque este año ha sido una pseudo-cena, porque la que iba a ser la «xuntanza 2.0», terminó siendo unas tapas para cenar de cuatro y unas copas llenas de risas y conversaciones en las que contamos con uno más. Me da igual. Claro que no voy a negar que cuantos más nos juntemos en este tipo de encuentros, mejor es, porque hay gente a la que solo puedes ver en estas cenas, pero los petit comité tienen un encanto difícil de igualar, y es la intimidad. Las largas conversaciones a pie de barra y copa en mano, las confesiones, los secretos, las sonrisas cómplices y la cercanía. Sigue leyendo

Quiero que me gusten las Navidades.

Ya sé que hace demasiado tiempo que no me paso por aquí, y decir que el motivo es que he tenido unos dos últimos meses horribles sería quedarse corta. Sabéis esa sensación de que has desandado buena parte de lo andado hasta el momento? Pues eso. Octubre, Noviembre y lo que llevamos de Diciembre se están llevando lo mejor de mi.

Para empezar los problemas económicos en casa han hecho que tenga que reducir a menos de la mitad mis visitas al psicólogo, y es obvio que esto me ha afectado, por lo menos en cuanto al seguimiento de los progresos, sin contar con el estrés que genera ese problema ya en sí mismo. Los recortes en casa se han empezado a notar y a eso hay que sumarle el estrés que viene generando mi pareja desde que en Octubre le cambiaron de proyecto, metiéndole más responsabilidad acompañada de más mierda, por supuesto, hasta el punto de trabajar varios días a la semana hasta las 2 de la mañana y levantarse a las 6. Casi sin dormir, cansado, ojeroso y de mala leche. Un cromo, vamos. El poco tiempo que pasamos juntos es para fagocitar en el sofá porque está demasiado cansado y a mi mientras el cerebro se me atrofia. Conclusión, yo me subo por las paredes y las noches que él pasa fuera por viajes de trabajo la casa me come, y  yo me como la nevera. Porque esa es otra, mi relación con la comida esta volviendo a pasar por una etapa de enemigos íntimos. Y los casi cinco kilos que había adelgazado y recorrido casi la mitad de camino, han desaparecido de un plumazo. Sigue leyendo