¿Ser yo o mi alter ego?

Cuando estoy en etapas de mi vida como la de ahora, siempre pienso que me gusta más mi alter ego que mi yo público.

Me explico.

Mi vida ahora se podría explicar como un impass de todo y una encrucijada de caminos. Hace ahora mes y medio perdí mi trabajo. Trabajo en el que llevaba 5 años y en el que, sinceramente, empezaba a estar algo cansada, desmotivada y con necesidad de un cambio. Un cambio que yo pensaba que se refería a cambio de empresa, algo nuevo. Un nuevo trabajo en el que empezar, aprender, aplicar mis conocimientos y hacer amigos, punto. Pero de pronto la vida resulta que tiene otros planes para ti. Y ahora lo que pasa es que no sé si el cambio que necesitaba era un nuevo trabajo con más sueldo y más responsabilidad o realmente cambiar el rumbo de lo que estaba haciendo y enfocarme en lo que realmente quiero hacer. Tengo casi 45 años y hay tantas cosas que quiero hacer que me siento tan indecisa como cuando a los 18 tenía que escoger una carrera. Y eso da mucho miedo.

Da miedo porque se supone que una con 45 años debería estar casada, con un trabajo estable, un puesto de cierta categoría y una familia con dos niños y un perro. Vale, tengo al marido y al perro pero me falta todo lo demás. Y es que eso es para lo que nos educan, para alcanzar unos estándares impuestos por la sociedad. De pronto ves que con casi 5 décadas de vida no sabes lo que quieres, o lo sabes, pero tienes tanto miedo de verbalizarlo que te paraliza y lo ves como un imposible, que tampoco has sido madre y que te has quedado sin trabajo. Ahora mismo para los ojos de una sociedad purista soy una carga, entendiéndose como carga una mujer improductiva. Una mujer que literalmente no produce, ni hijos, ni aporta riqueza. Y señores, eso es una mierda.

Y sin embargo en mi cabeza hay cien mil ideas de cosas que quiero hacer. Y sí, he empezado a moverme, con tiento y cautela, con miedo, mucho miedo, despacio y pensándolo bien todo. Porque llevo mes y medio dándole vueltas a si lo que quiero es trabajar para terceros, seguir formándome, preparar unas oposiciones o emprender.

La opción que menos me llama es la de las oposiciones, vamos a ser sinceros. Por otro lado, me he matriculado en un máster para formarme en uno de los sectores que he descubierto que más me gusta (aunque no es el único), y además estoy dando serios pasos informativos y preparándome para la posibilidad de emprender. Por si eso fuera poco, sigo buscando empleo para terceros, claro. Que aquí no descartamos nada. Se puede querer todo? Hombre, por querer…

Y aquí es a donde voy con lo de que me gusta más mi alter ego. Me gusta la persona que quiero ser, la persona que tiene todas esas inquietudes, que a pesar de tener miedo va moviéndose poco a poco, que se valora y que la valoren, que quiere aportar, que sueña con crear algo que la satisfaga personal y profesionalmente, que cree en la justicia, en el esfuerzo, en la meritocracia. Que es idealista, soñadora y que quiere y trabaja por cambiar las cosas empezando por ella misma. Pero la realidad me obliga muchas veces a meter a esa persona en un cajón y tirar para adelante, a conformarme. Y esa realidad no me gusta. Esa realidad en cierto modo es mi zona de confort, pero cuando me encuentro en la situación como la de ahora, la vida me obliga a salir de esa zona y vuelvo a empezar a soñar.

Hoy he aplicado a una oferta de trabajo maravillosa. Y no es maravillosa por el sueldo o por el puesto, de hecho es una categoría de asistente, pero la filosofía que destilaba la empresa es lo que yo quiero. Sí, no soy idiota, sé que muchas veces las ofertas las pintan maravillosas y luego la realidad es bien distinta, pero… y si esta no es así? Recordad que soy una soñadora. Y cuando he visto la pregunta que hacían sobre la motivación no sé si me he venido arriba o he pensado «chata, de perdidos al río», pero he escrito la carta de motivación más sincera que he redactado nunca. Básicamente les he dicho que esa vacante es para mi no por lo que sé, si no por lo que soy y por cómo soy. Porque el saber, se soluciona con ganas de aprender y tiempo, y yo de eso tengo de sobra.

No sé a dónde nos llevará esto dentro de unos meses, pero por el momento iré contando mis avances en cualquiera de las direcciones que vaya tomando.

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